EL PAPEL DEL PEDIATRA CUANDO UN NIÑO MOJA LA CAMA

La enuresis nocturna infantil, cuando un niño “con 5 o más años moja la cama durante el sueño al menos 2 veces al mes”, afecta al 17,2% de los niños entre 5 y 14 años. Según estos datos, en España estaríamos hablando de más de 200.000 niños enuréticos. Pese a que la enuresis tiene solución, un estudio epidemiológico realizado recientemente indica que hay al menos 150.000 niños que se hacen pis en la cama por las noches y no hacen nada para solucionarlo.PAPEL DEL PEDIATRA ENURESIS

Para el Dr. Venancio Martínez, pediatra del Servicio de Salud del Principado de Asturias y profesor de medicina de la Universidad de Oviedo, hay una causa principal por la que un porcentaje alto de los niños que se orinan en la cama no están diagnosticados; “puede ser que los padres no consulten pero, desde luego lo principal, lo que directamente origina esa situación, es la falta de interés por parte del pediatra respecto al niño que se orina en la cama” y es que “el control y seguimiento del niño con enuresis lleva tiempo” concluye.

Entre los 3 y 5 años se debe iniciar un abordaje motivacional, los pediatras deben dar consejos seguidos y mantenidos respecto al entrenamiento en el control de esfínteres, tanto para las familias como para el niño directamente, “la enuresis se debe diagnosticar a los 5 años, se debe preguntar desde años anteriores cómo evoluciona el control de esfínteres en el niño y, a partir de los 5 años, se debe de intervenir sobre ella”, indica el experto.

 

Consecuencias de abordar tarde la enuresis.

La frecuencia de enuresis va disminuyendo con el paso del tiempo, tiene una tasa de resolución espontánea alta, “pero estudios que se han realizado en adultos nos dicen que el 1-3% de los adultos tienen dos o más escapes nocturnos mensuales”, asegura el Dr. Martínez. Por eso, insiste en el control por parte del pediatra desde edades tempranas.

Según el experto, el hecho de que la enuresis no fuera reconocida a tiempo o que la importancia de la educación del control de esfínteres no se hiciera adecuadamente en la consulta del pediatra o urólogo, ha llevado al arraigo de una actitud que resulta negativa para el niño. Así, en muchas ocasiones se oye “también yo me oriné, también su madre se orinó, también hubo personas en la familia que se orinaron y al final se curaron con 14, 15 o 16 años. Esta idea está muy arraigada, pensar que ya se curará con el paso del tiempo”.

Pero según su experiencia, “la enuresis no abordada tiene complicaciones, una repercusión importante en la vida del niño afectando seriamente a su estado psicológico. El sentimiento de culpa es muy frecuente, baja autoestima, alteraciones del sueño y como consecuencia de ellas, el niño que se orina en la cama no tiene un descanso reparador. Al día siguiente, el niño se concentra y memoriza peor durante las clases, lo que está relacionado estadísticamente con una mayor tasa de fracaso escolar”. Además, “limita claramente su sociabilidad, como dormir en casa de amigos, acudir a campamentos u otras actividades fuera de casa”.

Lo más preocupante es que se convierte en “un estigma social para el niño porque a partir de cierta edad, siete u ocho años, el niño que se orina en la cama, aunque se duche por la mañana, empieza a oler a orina, los compañeros lo notan y pueden burlarse de él”.

La demora en el abordaje “provoca que un porcentaje de adultos, que no es pequeño para lo que supone este problema, se sigan orinando en la cama”.

 

Ventajas de abordar la enuresis a tiempo

Los expertos recomiendan abordar el problema de mojar la cama a partir de los 5 años. “Si se aborda en el momento adecuado, a la edad que el niño puede ser diagnosticado de enuresis, las complicaciones no aparecen o no están suficientemente consolidadas, es más fácil intervenir sobre ellas o directamente no es necesario intervenir sobre ellas porque no existen, simplemente abordamos la enuresis y evitamos que aparezcan y se consoliden”, asegura el doctor.

Hay medidas efectivas, “desde mi punto de vista y en mi experiencia, que es de muchos años y de haber estudiado mucho la enuresis, es fundamental iniciar el procedimiento con un abordaje motivacional y con consejo”. El doctor insiste en que “si el niño no está motivado, si la familia no está motivada para dejar la enuresis atrás, el fracaso está prácticamente asegurado. Es importante motivar a la familia y al niño y hay que dar una serie de consejos para que, si iniciamos un abordaje que se realice sobre un niño motivado, que quiere curarse, y sobre una familia que cree que existen posibilidades de que el niño mejore”.

Por ello, es fundamental consultar con el pediatra y confiar en que sea una persona sensible hacia este problema, porque el control y seguimiento del niño con enuresis implica tiempo y esfuerzo para médicos, niño y familia, de ahí la importancia de que todos estén motivados.

Por eso el Dr. Martínez, en caso de no resolución, recomienda “preguntar directamente al pediatra que atiende al niño si considera que debe verlo otro compañero, pedir una segunda opinión o una segunda valoración, que es algo establecido y normal dentro de la medicina de hoy y dentro de la pediatría actual”, porque asegura, “las familias tienen derecho a que el niño sea atendido de forma correcta y con interés”.

Mojar la cama por las noches, la enuresis, es un trastorno que se proyecta de forma muy negativa sobre la vida del niño y de la familia. “Esta cuestión es importante porque todavía encontramos algunas familias que castigan a los niños con medidas punitivas. Es importante dejar claro que los castigos son ineficaces en todos los casos”, asegura el experto.

Por eso, si tu hijo de más de 5 años moja la cama de manera regular, acude al pediatra.


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