¿Cómo se aborda la enuresis?

Probablemente, esta sea una de las preguntas más frecuentes que se plantean los padres ante un caso de enuresis, o lo que es lo mismo, mojar la cama por las noches de manera involuntaria. Lo cierto, es que nadie es capaz de asumir fácilmente que su hijo moja la cama por la noche y que esta situación se mantiene a lo largo de los años.La enuresis se cura

Los expertos definen la enuresis como “la eliminación nocturna, involuntaria y funcionalmente normal de orina, que ocurre a una edad en la que cabe esperar que el niño tenga un control voluntario de la micción”.

Para los más preocupados, diremos que la enuresis sí puede abordarse y así lo indican los expertos. Sabemos que un porcentaje de los casos, se resuelven de manera espontánea con la edad. Pero no debemos dejar pasar el tiempo porque, “aunque la prevalencia disminuye con la edad, la frecuencia y la severidad de los episodios enuréticos aumentan”. Por este motivo, los pediatras sitúan los 5 años la edad para empezar a abordar su solución, ya que, de no tener en cuenta la enuresis, el problema puede persistir en la adolescencia e incluso en la edad adulta, con crecientes consecuencias.

La revisión pediátrica del niño sano es un momento idóneo para empezar a indagar sobre el problema.

 

Primer paso para el abordaje: el diagnóstico

El diagnóstico y un posterior abordaje del problema, comienzan por la elaboración de una historia clínica detallada y una exploración física completa.

El diagnóstico de la enuresis empezará con, lo que los expertos denominan, “anamnesis”: un estudio exhaustivo que incluye los antecedentes familiares y personales, el tipo de enuresis, el patrón de escapes nocturnos, los síntomas diurnos asociados, posibles factores concomitantes o desencadenantes de enuresis, conocimiento de la ingesta habitual de líquidos y las posibles comorbilidades que puedan influir en el manejo. Además, es interesante contar con la información aportada por el diario y calendario miccional.

En la mayoría de los casos no será necesario recurrir a pruebas complementarias.

El pediatra también investigará sobre la actitud de la familia y del niño ante el problema, el grado de repercusión en su día a día y las posibles medidas que hayan tomado previamente.

“La enuresis se puede considerar como un problema importante de salud, para el que su diagnóstico precoz y abordaje adecuados, pueden ayudar a estos niños a mejorar su calidad de vida”, indican los expertos. Por eso, el diagnóstico temprano es uno de sus objetivos.

 

Segundo paso: abordaje en sí

Una vez que el pediatra ha llegado al diagnóstico, estudiará el origen de la enuresis.

La enuresis puede estar causada por varias razones, como un fallo en el mecanismo del despertar, la alteración del ciclo circadiano de la vasopresina (hormona antidiurética) y la inestabilidad vesical, entre otras. Además, existe una estrecha relación con otras patologías como el estreñimiento, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS).

La enuresis tiene, también, un componente genético importante y es frecuente que los padres de hijos de enuréticos también hayan padecido este problema.

Los expertos indican que “la mayoría de los niños con enuresis primaria monosintomática leve (<3 noches/semana) tienden a la resolución espontánea. Sin embargo, la enuresis moderada (3-6 noches/semana) o grave (diaria) y la que persiste pasados los 9 años de edad, difícilmente se resolverá sin abordaje”.

Para los expertos, “las medidas terapéuticas deben individualizarse, ofreciendo a cada paciente la opción que mejor se adapte a las necesidades de su cuadro clínico y teniendo en cuenta la experiencia de cada pediatra. Se debe contrastar desde las primeras consultas, la disposición individual hacia las diferentes modalidades de intervención y considerar la participación activa, tanto de los padres, como del niño, en la elección del abordaje”.

Por eso, de existir comorbilidades o síntomas diurnos, éstos serán acometidos antes de iniciar el propio abordaje de la enuresis.

La primera medida será el abordaje conductual. Se trata de explicar al niño y a su progenitor, de forma sencilla, los mecanismos básicos por los que se produce la enuresis nocturna. Es importante tranquilizarles y explicarles que es algo absolutamente involuntario, que se escapa del control de niño, por lo que deben evitar los castigos y si promover una actitud positiva durante el abordaje. Además, se debe aconsejar al niño y sus acompañantes, a no beber excesivos líquidos después de las 7 de la tarde y que, por el contrario, debe aumentar la ingesta de líquidos durante el día; recomendarle ejercicios de “entrenamiento vesical”; llevar un diario de “noches secas” y “noches húmedas”. Animar al niño a celebrar los éxitos de las noches secas, apoyará favorablemente este abordaje.

De no funcionar estas medidas, el pediatra valorará cual es el abordaje más adecuado.

 

Y si no se tiene en cuenta…

 Mojar la cama, provoca alteraciones del sueño y se relaciona estadísticamente con una mayor tasa de fracaso escolar, pues no se produce un descanso reparador. La enuresis, es un estigma social y un trastorno con proyección muy negativa sobre la vida del niño y su familia. Por eso, si pasados los 5 años tu hijo moja la cama, acude a tu pediatra.


 

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