Enuresis y vuelta al cole: el papel del educador ante el pis en la cama
Tras el inicio de la vuelta al cole, la compra de los nuevos libros de texto y el material escolar, los uniformes, decidir a qué extraescolares les apuntaremos, la adaptación a los nuevos horarios para irse a la cama y despertarse, la organización de los traslados, decidir quién les recoge cada día, comedor sí o comedor no, y un largo etcétera de temas de intendencia, toca pararse a coger aire y centrarse en otros temas que afectan al inicio de curso y a los que -ante la vorágine del comienzo- prestamos menos atención, aunque su papel es decisivo en el bienestar y desarrollo de nuestros hijos.
Uno de esos aspectos es la enuresis, mojar la cama por las noches, trastorno que se estima afecta en torno a un 10% de niños de más de 5 años, en torno a un 5 % de los niños de 10 años, en torno al 3 % de los adolescentes, y puede llegar hasta la edad adulta con entre el 1 y 2% de la población sufriendo el trastorno.
La importancia de la vuelta a la rutina
Las vacaciones escolares son necesarias para todos los miembros de la familia porque permiten descansar, desconectar mentalmente del día a día y “recargar pilas”, pero la vuelta a la rutina es necesaria, sobre todo para los más pequeños para quienes el orden y la organización son imprescindibles.
Por eso, establece una rutina de horarios de descanso, de estudio, de juego, y hazles partícipes de esta organización; comenta con ellos qué les inquieta o preocupa, qué esperan del nuevo curso y cuáles son sus expectativas; indícales también qué se espera de ellos en lo académico y personal, que ellos establezcan también sus metas.
Fijad, igualmente, unos horarios de comidas con un menú variado y saludable; en el caso de los niños mayores de 5 años que siguen mojando la cama por las noches es conveniente reducir la ingesta de líquidos por la noche, porque al sobrecargarse la vejiga se favorecen los escapes. Conviene acostumbrarle a concentrar el consumo de líquidos en la mañana y tarde, dejando para la noche la cantidad imprescindible, pero teniendo en cuenta que debe beber la misma cantidad de líquido que si no sufriera escapes. Lo mismo pasa con las cenas, una cena ligera le ayudará a conciliar el sueño sin contribuir a los escapes.
Marcar un ritmo de actividad física, incluida la de las actividades extraescolares, adecuado a su edad y características.
Los enuréticos en la escuela: el papel del educador
Los profesores son, sobre todo para los más pequeños, un referente y su influencia en los niños es muy importante.
En el caso de los niños que hacen pis en la cama, su papel es decisivo a la hora de normalizar el problema, ayudar a evitar que los compañeros lo conozcan, si ese es el deseo de tu hijo, y detectar posibles consecuencias si finalmente los compañeros se acaban enterando.
Los escapes nocturnos tienen una influencia decisiva en el estado emocional de tu hijo pues, tal y como nos dice el Dr. Javier Quintero, jefe del Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid, director de Psikids y experto en la repercusión de la enuresis en la salud mental de los menores, la enuresis puede ser “una vía de alimentación bidireccional con el acoso escolar. Puede ser que un niño que tenía control de esfínteres, con el impacto emocional que condiciona el acoso, empiece a mojar la cama, pero, por otro lado, uno de los grandes miedos del enurético es que se sepa que moja la cama y eso genere acoso” y es indudable que el profesor juega un papel decisivo en la detección y abordaje de esta lacra social que afecta muy negativamente a los niños y adolescentes.
Así, si te parece oportuno y tu hijo está de acuerdo, podéis comentarle su problema al profesor, algo que tarde o temprano saldrá a la luz en el caso de excursiones o viajes que requieran pasar la noche fuera de casa.
Ser conocedor del trastorno le permitirá estar atento por si algún compañero acabara enterándose y detectar comportamientos inoportunos como que se mofen de él, lo que podría hacer sentir mal a tu hijo, mermando su autoestima y afectando a sus resultados escolares e incluso a la relación social con sus compañeros.
La enuresis no es voluntaria, escapa al control del menor y debe ser tratada por todo su entorno con el cuidado e interés necesario, también, en la vuelta al cole.
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