Ha pasado el verano y sigue mojando la cama ¿qué hacemos?
El mes de septiembre supone el regreso de las vacaciones de verano y la vuelta a la rutina, se acabaron los paseos por la montaña o el mar, los helados, las reuniones con la familia y las tardes en el chiringuito con los amigos. El verano se va y llega la vuelta al cole, vuelve el probar la ropa del año pasado a ver si les sirve algo (parece imposible que hayan dado semejante estirón en el verano), la preocupación por el uniforme, por cómo serán este año sus profesores, la compra de libros, la elección de clases extraescolares y la locura de encajarlo todo para que el curso se desarrolle con normalidad y no haya preocupaciones extra.
Pero no en todas las familias surgen los mismos contratiempos, pues hay un porcentaje considerable de ellas que suman a todas estas preocupaciones el que su hijo, mayor de 5 años, no haya dejado de mojar la cama durante el verano.
Enuresis: qué y cuanto
Estos niños sufren lo que los expertos denominan enuresis, es decir, siguen mojando la cama por las noches habiendo cumplido los 5 años. Este problema afecta a más niños de los que pudiera parecer inicialmente, pues según la Dra. Almudena Sánchez, pediatra del CAP Les Hortes de Barcelona y experta en enuresis, “en torno a un 10% de niños de más de 5 años, en torno al 5 % en niños de 10 años y en torno al 3% en la adolescencia” la padecen.
La enuresis puede tener distintas soluciones y lo adecuado es consultar con el pediatra cuanto antes pues “la enuresis moderada (3-6 noches/semana) o grave (diaria) y la que persiste pasados los 9 años de edad, difícilmente se resolverá sin un abordaje adecuado”.
Los niños enuréticos no lo son por voluntad propia, sufren las consecuencias de un problema que obedece a un fallo en el mecanismo del despertar, que impide que despierten cuando su vejiga está llena, a la alteración del ciclo circadiano de la hormona antidiurética -la vasopresina- que provoca que no disminuya la producción de orina durante la noche como en el resto de personas o a la inestabilidad vesical con contracciones involuntarias del músculo detrusor, principalmente, aunque existen otras causas.
Aunque es cierto que hay casos de enuresis que se resuelven espontáneamente con el paso del tiempo, “cuando se realizan seguimientos a largo plazo de sujetos enuréticos, se objetiva una resolución espontánea con una frecuencia aproximada del 15% anual”. Esto significa que de cada 100 niños que mojan la cama, solo 15 se curan cada año sin intervención del pediatra, o lo que es lo mismo, 8,5 de cada 10 niños que hoy se hacen pis en la cama, continuarán haciéndolo el próximo año.
¿Cómo le ayudamos?
El primer paso y el más importante es consultar con su pediatra, pues pediatras y enfermería de pediatría son los primeros profesionales sanitarios que atenderán al niño, proporcionándole una ayuda muy importante.
Tras una entrevista sobre los hábitos del menor, el pediatra podrá hacer un diagnóstico y ayudar al niño, en caso de ser necesario.
Debemos tener en cuenta que son menores que desarrollan sus estudios de primaria, ESO e incluso Bachillerato con la preocupación añadida de que no se conozca su problema, porque, si hay algo que caracteriza a quien sufre escapes nocturnos es la vergüenza de que se conozca un trastorno que escapa a su control.
Así, niños y adolescentes con enuresis añaden, a los nervios propios del principio de curso, las consecuencias de su enuresis. Además, el impacto es incluso con mayor en la adolescencia, cuando el entorno cobra especial relevancia. Y es que, la enuresis se relaciona con ansiedad, problemas de autoestima y de relación con otros niños de su edad.
De igual manera y con especial importancia en el inicio de curso, los expertos asocian mojar la cama con un peor rendimiento escolar, pues los niños que se orinan en la cama descansan peor al tener que levantarse para el cambio de sábanas, pijama, etc.
No añadas más nervios a la vuelta al cole y, si tu hijo sufre enuresis pasados los 5 años, consulta cuanto antes con su pediatra.
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