El pediatra de mi hijo no da importancia a sus escapes

El pediatra de mi hijo no da importancia a sus escapes, cree que se solucionarán solos y recomienda esperar, ¿qué hago?

Esta es, probablemente, una de las preguntas más frecuentes que los padres de niños enuréticos se plantean. Lo cierto es que parte de los casos de enuresis se resuelven espontáneamente.PEDIATRA Y ENURESIS

Por un lado, los expertos indican que “cuando se realizan seguimientos a largo plazo de sujetos enuréticos, se objetiva una resolución espontánea con una frecuencia aproximada del 15% anual, a pesar de lo cual, a partir de los 15 años todavía persistirá el problema en un 1-3% de la población”.

Ese 15% significa que, de cada 100 niños que mojan la cama, solo 15 solucionarán su trastorno sin intervención, ¿será mi hijo uno de ellos o necesitará ayuda?

En paralelo, los mismos expertos concluyen que “por otra parte, también es conocido que, aunque la prevalencia disminuye con la edad, la frecuencia y la severidad de los episodios enuréticos aumentan”.

A la severidad de los episodios se suma y, este quizás sea el aspecto más a tener en cuenta, el sufrimiento del menor.

No olvidemos que la enuresis, el escape involuntario de orina durante el sueño afecta, tal como indican los especialistas en el tema, al 10% de los niños de 5 años, al 8% de los de 7 años, al 5% de los de 10 años y al 3% de los adolescentes e incluso algunos adultos se orinan de manera involuntaria en la cama regularmente. Si no se hace caso a su trastorno y el niño crece, aumentando sus ganas de estar con amigos, hacer planes que impliquen dormir fuera de casa, acudir a campamentos, etc., su sensación de sentirse distinto aumentará y es muy probable que empiece a rechazar participar en actividades propias de la edad. Si el problema persiste y llega a la adolescencia, este sentimiento será cada vez más frustrante para él.

 

Segunda opinión para otros problemas de salud ¿por qué no para la enuresis?

Aunque la mayoría de los pediatras consideran que los 5 años es la edad en la que se deberían controlar los esfínteres, es cierto que no hay un consenso absoluto sobre el momento en el que debe abordarse el trastorno. Además, la realidad es que la enuresis se ha etiquetado de problema o enfermedad menor, lo que ha provocado que no se le prestara la atención necesaria. Aun así, “puede llegar a ser un problema de salud importante en niños y adolescentes, mucho más de lo percibido por los pediatras”.

Por eso, hay pediatras que prefieren esperar a la resolución espontánea del trastorno, pero no debemos desestimar su influencia en el estado emocional del niño.

Según indican las guías de actuación, “la enuresis moderada (3-6 noches/semana) o grave (diaria), persiste pasados los 9 años y difícilmente se resolverá sin actuar”. Por ello, si no estás tranquilo con la recomendación de esperar a tu pediatra, puedes solicitar una segunda opinión, igual que hacemos con otros muchos problemas de salud de menores y adultos.

 

La enuresis, ¿un tabú?

En ocasiones, al posible retraso del pediatra en el abordaje, se une cierta reticencia por parte de los padres que se resisten a admitir el problema del niño, pero recuerda:

– Mojar la cama es un trastorno involuntario, sobre el que el menor no tiene control.

– El pis en la cama puede tener su origen en un fallo del mecanismo del despertar, que impide que el niño despierte cuando su vejiga está llena, a la alteración del ciclo circadiano de la hormona antidiurética -la vasopresina- que provoca que no disminuya la producción de orina durante la noche o a la inestabilidad vesical con contracciones involuntarias del músculo detrusor e incluso ser síntoma de otras enfermedades.

– “El riesgo de padecer enuresis aumenta 2,4 veces si hay un hermano afectado, 5,2 veces si es la madre, 7,1 si es el padre y 11,3 si afecta a ambos.

Por lo tanto, aborda el problema, sé consciente de que es un trastorno ajeno a su control y consulta con su pediatra. No obstante, si te recomienda esperar y no estás conforme, pide una segunda opinión. ¡El bienestar de tu hijo lo merece!


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