Vacaciones escolares y fiestas navideñas, ¿podremos pasar unos días fuera?

Cada Navidad, miles de familias se hacen esta misma pregunta, ¿podremos pasar unos días fuera? Con la llegada de estas fechas y el inicio de las vacaciones escolares, los padres de los niños que mojan la cama, niños con enuresis, se preguntan si será posible hacer esa escapada tan deseada y merecida o visitar a la familia en otra ciudad porque, no puede negarse que la enuresis afecta a toda la familia, pudiendo llegar a trastocar sus planes.ENURESIS Y VACACIONES

Las fiestas navideñas es la época en la que muchas familias, aprovechando que no hay cole, se desplazan a otras ciudades para estar con la familia. Sin embargo, en el caso de los padres con niños enuréticos el traslado no resulta tan sencillo, pues dormir en una casa ajena, sabiendo que tu hijo puede mojar la cama cualquier noche con el consiguiente trastorno de tener que pedir sábanas limpias, o incluso lamentar que el colchón se haya mojado, frena las ganas y la ilusión de muchos.

Además, tenemos en cuenta que, dependiendo de la edad del niño, es él mismo quien no quiere dormir fuera de casa para que nadie conozca su trastorno. Por tanto, lo que debería ser un momento agradable en familia se convierte en motivo de preocupación y sufrimiento para todos.

 

Un trastorno involuntario por el que no se debe culpar al niño

Los niños sufren por sus escapes nocturnos y su entorno, también, lo pasa mal por ellos. Aunque, si nos paramos a pensarlo con detenimiento, no tiene mucho sentido avergonzarse por un trastorno que, en la mayoría de los casos, se debe a un problema fisiológico, absolutamente, ajeno a la voluntad del niño y que, por ello, no puede controlar. La enuresis, principalmente, puede estar causada por varias razones, como un fallo en el mecanismo del despertar (el niño enurético no despierta cuando la vejiga está llena), la alteración del ciclo circadiano de la hormona antidiurética (vasopresina) y la inestabilidad vesical con contracciones involuntarias del músculo detrusor, entre otras.

Según la Dra. Almudena Sánchez, pediatra del CAP Les Hortes de Barcelona, la enuresis afecta “en torno a un 10% de niños de más de 5 años y en torno al 5 % en niños de 10 años. En la adolescencia estaríamos hablando en torno al 3% y en ocasiones persiste durante la etapa adulta”. Estos datos indican que afecta a más niños y familias de las que, a priori, pudiera pensarse y que no es un trastorno que pueda tomarse a la ligera.

En la vorágine del día a día, el trabajo y las preocupaciones, es fácil que nos abandone la paciencia y culpemos al niño de su escape, le regañemos e incluso recurramos al chantaje emocional para intentar que deje de orinarse en la cama. Así, planteamientos como si no dejas de mojar la cama los Reyes Magos/Papa Noel, no van a dejarte regalos porque van a pensar que eres un pequeñajo lo que provocan es una resolución más tardía del trastorno. Un artículo publicado en la revista Journal of Pediatric Urology afirma que, “el uso de lenguaje duro o castigo por parte de la madre en respuesta al fracaso del niño para lograr la sequedad nocturna puede afectar el apego entre la madre y el niño y, hacer que el niño experimente emociones negativas como vergüenza, ansiedad, frustración y soledad” -Por eso, es importante ser comprensivos y abordar el problema cuanto antes con el pediatra.

 

Enuresis: consecuencias más allá de no poder viajar

El problema que supone la enuresis puede llegar a impedirnos viajar pernoctando fuera de casa, hacernos levantar de madrugada para cambiar el pijama o las sábanas, tener que cambiar el colchón con frecuencia, etc. Pero, más allá de estos inconvenientes, la enuresis provoca en los menores retraimiento social, baja autoestima, bajo rendimiento escolar, inseguridad y malestar, entre otras consecuencias, por lo que relativizar su importancia dejando al tiempo la solución no es la mejor opción. Los expertos nos dicen que la enuresis “puede llegar a ser un problema de salud importante en niños y adolescentes, mucho más de lo percibido por los pediatras” Por eso, insisten en un diagnóstico y abordaje temprano, porque “la enuresis moderada (3-6 noches/semana) o grave (diaria) y la que persiste pasados los 9 años, difícilmente, se resolverá sin abordaje. Aunque, es cierto que la prevalencia disminuye con la edad, la frecuencia y la severidad de los episodios enuréticos aumentan”.

Por eso, si pasados los 5 años, tu hijo sigue mojando la cama, ¡¡¡consulta con su pediatra!!!


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